Hoy en día el número de personas con problemas de digestión como son estreñimiento, diarreas, colitis, intestino irritable, intolerancias alimentarias, gastritis, etc.. va en aumento y es que nuestro ritmo de vida cada es cada vez más rápido, vivimos con más estrés, y claro que esto puede repercutir en nuestra forma de alimentarnos y por tanto en nuestra digestión.
El sistema digestivo es muy complejo y una buena salud digestiva depende de varios factores, no solo de nuestra alimentación. Por eso es importante conocer todos los aspectos involucrados y tratar de cumplir con los básicos para una buena digestión.
HIGIENE
Constantemente estamos expuestos a microorganismos y toxinas que pudieran alterar nuestro tracto digestivo causándonos enfermedades. Por eso es de suma importancia que todos los alimentos que comemos sean previamente desinfectados sobre todo frutas y verduras. Además de mantener una buena higiene personal y lavarnos las manos constantemente sobre todo antes de comer.
ALIMENTACIÓN
Una alimentación balanceada y con suficiente aporte de fibra juega un papel muy importante en nuestra digestión. La falta de fibra es una de las principales causas del estreñimiento hoy en día.
La fibra se encuentra en mayor cantidad en verduras y frutas, leguminosas como frijoles, lentejas, habas.., cereales integrales como avena, maíz, amaranto, centeno y también en semillas como las nueces. Sus principales funciones son dar consistencia y volumen a las heces fecales y permitir el paso de éstas a través del intestino. La recomendación general de fibra es de 25-35 g al día, lo cual solo un pequeño porcentaje de la población cumple debido a los malos hábitos de alimentación.
También es de suma importancia mantenerse bien hidratado con agua natural, ya que el agua al mezclarse con la fibra soluble le da consistencia a las heces facilitando el tránsito intestinal. Además de un buen aporte de fibra y agua en la dieta, es importante evitar alimentos que tienden a inflamar si son consumidos en exceso, como harinas refinadas, grasas saturadas, azúcares, alimentos procesados, frituras, lácteos, bebidas con cafeína, alcohol, polialcoholes presentes en productos light como manitol, sorbitol, xilitol. Así mismo evitar comidas muy pesadas o copiosas y/o ayunos muy prolongados. Por otro lado, la digestión empieza en la boca, así que es importante masticar bien los alimentos y comerlos despacio. Cabe mencionar que cada individuo es diferente, por eso la alimentación para una buena digestión debe de ser personalizada.
PROBIÓTICOS Y PREBIÓTICOS
En nuestro intestino habitan una gran cantidad de microorganismos de varios tipos, los cuales se conocen como la microbiota intestinal y cumplen con diversas funciones metabólicas como digestión de ciertos alimentos, protección de la mucosa intestinal, y fortalecimiento del sistema inmune. Para que podamos tener una buena salud, ésta microbiota tiene que estar en equilibrio. Los probióticos son microorganismos que se agregan a algunos alimentos (como yogurt, kéfir, kombucha…) medicamentos o suplementos y que tienen un beneficio si son tomados en la medida correcta. Por otro lado, los prebióticos son componentes de la dieta que nutren a los microorganismos del intestino y favorecen el crecimiento de bacterias benéficas en él.
Éstos han demostrado tener un beneficio en diversas enfermedades digestivas como síndrome de intestino irritable, diarreas, desequilibrios en la microbiota por toma de antibióticos, infecciones, etc…
ACTIVIDAD FÍSICA Y EJERCICIO
Mantenernos activos diariamente es básico para una buena digestión, ya que favorece el tránsito intestinal, además de mantener activo el metabolismo y reducir el estrés, el cual está altamente asociado a problemas digestivos.
MANEJO DEL ESTRÉS
Los aspectos psicológicos tienen un gran impacto en nuestra digestión. Por ello es importante que manejemos el estrés de la mejor manera posible. Algunos consejos útiles son realizar alguna actividad física o artística o practicar la meditación diaria. Todo esto ayudará a manejar el estrés y por lo tanto a mejorar tu digestión.