Lic en Nutrición y Educadora en Diabetes
Carla María López Contreras
La famosa regla del 80/20 en la alimentación se refiere a que del total de todas las comidas que hagas, un 80% sean comidas balanceadas, nutritivas y naturales acompañadas de actividad física y agua natural, dejando un 20% para esos alimentos que si bien no se recomiendan como un hábito frecuente, los puedes incluir en menor cantidad sin que afecten en tu estilo de vida. A esto se le llama tener un balance.
¿Cuántos de nosotros no nos hemos sentido perdidos en cuanto a lo que es recomendable comer o no comer? Constantemente escuchamos opiniones e información diferentes, que pueden resultar confusas y confundirnos más que ayudarnos. Se suele decir que existen alimentos “buenos” o “malos” y nosotros mismos nos hacemos juicios con base en esto.
Lo cierto es que en cuanto a dieta y alimentación se refiere no existe un ideal para todos. Es importante entender que cada uno de nosotros somos seres individuales, con diferentes organismos, necesidades, gustos, posibilidades, costumbres, etc… Lo que para alguien puede ser muy benéfico, para otra persona puede ser muy dañino. Por eso las recomendaciones deben ser 100% personalizadas en cada persona.
Recuerda que no existen alimentos buenos o malos, simplemente son alimentos con diferentes funciones y efectos en nuestro cuerpo. Hay que aprender a escuchar a nuestro cuerpo y saber lo que le hace bien o mal.
Te aseguro que si la mayoría del tiempo comes verduras, frutas, alimentos vivos y naturales, te sentirás bien en general, con energía, tendrás buena digestión y una mejor salud, siempre y cuando lo hagas porque te gusta sentirte así y cuidar a tu cuerpo. Y el día que comas un pastel, o unas galletas, o una botana lo disfrutarás y comerás lo que tu cuerpo te pide y volverás a tus hábitos de siempre después.
Por el contrario, si comes verduras, frutas, etc.. nada más por cumplir y porque quieres bajar de peso y satanizas otros alimentos y los tienes como prohibidos, vivirás angustiado y el día que te comas un pastel o una botana ni siquiera lo disfrutarás y terminarás comiendo en mayor cantidad y con culpa.
La idea es que no hagas una dieta que terminará algún día para luego volver a comer procesados, azúcares, harinas refinadas, etc… la idea es que modifiques conductas para toda la vida. Y no se trata de renunciar a los alimentos que te gustan, simplemente acostumbrar a tu cuerpo a recibir alimentos que de verdad lo nutran y le den bienestar, aprendiendo a incluir alimentos que si bien no tienen tanto valor nutricionalmente hablando, nos resulta placentero comerlos y cuando los comemos es por que elegimos hacerlo sin culpas ni remordimientos.
No tenía idea de todo esto! Carla es una excelente nutrióloga!